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Pese al aumento del área, se estima una menor producción de soja, debido a la ausencia de lluvias


En Argentina la situación parece peor aún y un informe de la Bolsa de Cereales de Rosario (BCR), estima una pérdida del 50 del rendimiento en las sojas de primera


Para la zafra 2022/23 la producción uruguaya de soja podría caer respecto a la zafra anterior ya que, pese al aumento del área sembrada -traccionada por los altos precios-, se esperan menores rendimientos con base en los pronósticos climáticos que indican menor disponibilidad de agua por precipitaciones por debajo de la media, para la temporada estival, indicó el análisis publicado en el Anuario OPYPA

Mirando la zafra anterior, en referencia a la agricultura de verano, la mayor disponibilidad de agua respecto a lo previsto durante la segunda quincena de enero de 2022 permitió obtener buenos

rendimientos en el cultivo de soja de la zafra 2021/22 (2,8 toneladas por hectárea, el tercer

registro histórico más alto), que además se caracterizó por un aumento del área sembrada

en comparación con el ciclo anterior.

Los buenos resultados productivos y el nivel récord de precios permitieron obtener márgenes económicos excepcionales.

Las exportaciones de soja alcanzaron un récord histórico y se ubicaron próximas a los US$2.000 millones, impulsadas además por los altos precios internacionales.


Podría caer volúmen de producción de soja


Para la zafra 2022/23 la producción local de soja podría caer respecto a la zafra anterior ya que,

pese al aumento del área sembrada -traccionada por los altos precios-, se esperan menores

rendimientos con base en los pronósticos climáticos, que indican que las precipitaciones se

ubicarían en el verano 2023 por debajo de lo normal por tercer año consecutivo.


La menor producción daría lugar a un menor saldo exportable y a un descenso de las ventas externas

en 2023.


A nivel global, las previsiones de un fuerte incremento de la producción de soja para la zafra

2022/23, mayores al aumento proyectado para el consumo, podrían presionar a la baja a

los precios.


En particular, la producción del Cono Sur (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia) alcanzaría un nuevo máximo histórico (220 millones de toneladas) aunque la primavera seca (que ha atrasado la siembra) y los pronósticos de ocurrencia del fenómeno de “La Niña” por tercer año consecutivo imprimen incertidumbre a las proyecciones de producción.


La oferta nacional no fue suficiente para abastecer la creciente demanda doméstica de

maíz con destino a la alimentación animal en la zafra 2021/22, pese a registrarse récord

de producción de dicho grano y la superficie sembrada más alta de los últimos 45 años.


En contraposición, el área cultivada y la producción de sorgo registraron un nuevo descenso

en la zafra 2021/22.


Se prevé un nuevo incremento de la cosecha de maíz


Para la zafra 2022/23 se prevé un nuevo incremento de la cosecha de maíz (explicado básicamente por un incremento del área sembrada) y cierta estabilidad de la producción de sorgo. Los volúmenes estimados probablemente no sean suficientes para satisfacer la demanda local, por lo que deba recurrirse a la importación, la cual dependerá de la oferta de forraje a nivel nacional, considerando el déficit hídrico imperante y la cantidad de animales que se terminen a corral.


En Argentina la situación parece aún peor


Un articulo publicado en Agrofy News señala que la sequía golpea a la soja de primera y los daños cada vez son más importantes. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que se estaría perdiendo un 50 % del rendimiento del cultivo.

Esto significaría una pérdida de hasta 700 dólares por hectárea. El daño se dio por la escasa oferta de agua durante la primavera.

Según el informe de la BCR, se trata de la estación más seca de los últimos 35 años en comparación con esta época del año desde 1975. “El 85% de la región núcleo terminó la primavera con acumulados por debajo de los 150 milímetros, o sea, con menos de la mitad de lo que suele llover en esa estación”, señaló la entidad.

Al mismo tiempo, el detalle reflejó que en el este bonaerense y un sector del sur santafesino fueron las zonas que recibieron los menores milimetrajes. “En los tres meses que dura la primavera no se superaron los 100 milímetros”, destacó la BCR.

Los datos reflejaron que para encontrar una primavera menos lluviosa hay que remontarse hasta el año 1975. “En Marcos Juárez, la primavera del 2022 es la tercera menos lluviosa en 112 años, con 132 milímetros. El noroeste bonaerense fue la zona más beneficiada con las lluvias de fines de noviembre", comentó el informe.

A diferencia de otros años, 2022 es un panorama aún más crítico, ya que se adiciona el tercer año consecutivo con el fenómeno de la Niña. La BCR resaltó que son tres años con escasa acumulación de reservas de agua en el perfil del suelo.

A pesar de este escenario, las esperanzas siguen puestas en las lluvias de 2023. Los técnicos anticiparon que, si lloviese en estos días, se podría soñar con 20 o 25 qq/ha en soja de primera.

“Si se normalizan las lluvias podríamos aspirar a 35 qq/ha para la soja de primera. No obstante, es probable que no cubramos los costos. En San Pedro y Baradero, donde venían muy atrasados con la siembra, están a contrarreloj tratando de cubrir el 50 % de soja de primera que le restaba implantar y todo lo de segunda aprovechando los milimetrajes que recibieron el último fin de semana, entre 20 y 80 milímetros”, comentó la BCR.


Pérdidas podrían trepar a los 700 dólares por hectárea.


El último relevamiento arrojó que el 60 % de la soja de primera está en condiciones de regulares a malas. Con estos números se espera hasta un 50 % de caída en las expectativas de rinde para la soja de primera y pérdidas podrían trepar a los 700 dólares por hectárea.

“Considerando este desplome en las expectativas de rendimiento, se trazaron tres posibles escenarios productivos de 35 qq/ha, 25 qq/ha y 15 qq/ha, siendo el primero un escenario optimista. Los cálculos arrojan márgenes negativos para las tres productividades bajo la condición de campo alquilado”, señaló el informe de la entidad rosarina.

En base a estos números, en campos arrendados se requiere cosechar al menos 38 qq/ha de soja para comenzar a ganar. “Las pérdidas ascienden a 97 US$/ha si el rendimiento logrado es de 35 qq/ha; pero si este se desploma a 25 qq/ha o a 15 qq/ha hay que esperar caídas en los márgenes netos de 422 US$/ha y de 747 US$/ha, respectivamente”, detalló el informe.

En campo propio, los resultados son positivos para las productividades de 35 y 25 qq/ha. La situación cambia para rendimientos de 15 qq/ha, ya que el rendimiento de indiferencia ronda los 16 qq/ha.

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