Los sucesos en Brasil, tanto desde la UE como desde China, por el uso de Estradiol en la cadena reproductiva del ganado bovino, confirman el rumbo que Uruguay debe seguir. Se espera un ciclo positivo para la ganadería uruguaya, con buenos precios y dos muy buenas pariciones consecutivas en la primavera. Durante los próximos dos años, la ganadería podría tener buena disponibilidad de forraje y grano, y buenos precios.
Uruguay ha adoptado una postura firme en cuanto a la prohibición del uso de estradiol en la reproducción bovina, alineándose con los estándares exigidos por sus principales mercados de exportación.
Esta decisión ha permitido al país mantener y fortalecer sus relaciones comerciales con la UE y otros mercados exigentes.
La implementación de estas políticas ha requerido un esfuerzo significativo por parte de los productores ganaderos uruguayos, quienes han tenido que adaptarse a nuevas prácticas de manejo reproductivo sin el uso de estradiol.
A pesar de los desafíos iniciales, esta adaptación ha resultado en una ventaja competitiva para Uruguay, diferenciándose de otros países de la región que no han adoptado medidas similares.
Una decisión afortunada: un diferencial que debe aprovecharse
Desde 1996, las autoridades europeas han advertido a los países de la región sobre la prohibición del uso de la hormona estradiol para exportaciones a la Unión Europea (UE). En Uruguay, esta restricción, que permite sincronizar el celo de las hembras, se implementó en 2021. Como país pequeño y exportador, Uruguay aceptó la demanda, cumpliendo con lo solicitado a pesar de los cuestionamientos técnicos.
Mientras tanto, Brasil, con mayor tamaño y poder negociador, se negó a dejar de usar esta hormona. Sin embargo, este mes, la UE y el Reino Unido cancelaron las importaciones de carne brasileña, según informó la agencia ucraniana UkrAgroConsult. La prohibición afecta a toda la carne vacuna.
Los servicios veterinarios de la Comisión Europea concluyeron en un informe de auditoría reciente que Brasil no puede acreditar de forma fiable el cumplimiento del certificado sanitario para las exportaciones de carne de vacuno a la UE. Además, los europeos temen que no puedan controlar que en el 100% de la carne autorizada para exportación, no se incluyan cortes de vaquillona tratados con estradiol.
El informe de auditoría de la Comisión Europea (OAV) señala que las disposiciones vigentes en Brasil para garantizar que los bovinos cuya carne se destina al mercado de la UE nunca han sido tratados con estradiol 17β son ineficaces. No es posible atestiguar “la fiabilidad de las declaraciones juradas de los operadores brasileños sobre la no utilización de estradiol 17β en el ganado bovino”, concluye el informe.
Mientras tanto, en el frente europeo, Brasil también recibió novedades desde China. Los funcionarios chinos advirtieron a sus pares brasileños que, a partir de 2025, la carne exportada debe provenir de animales trazados y debidamente identificados.
La situación plantea interrogantes sobre cómo Brasil cumplirá con la trazabilidad y la certificación de libre de estradiol y deforestación. Con la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, el panorama se complica aún más para los brasileños.
Por otro lado, tras varios años de alta faena, Uruguay enfrenta un ciclo de escasez que abre oportunidades. Uruguay cierra un año que fue “de menos a más” y culminará con un segundo muy buen entore consecutivo. El país debe acentuar su camino de diferenciación, realzado por la prohibición brasileña.
Uruguay ha aceptado los requerimientos de sus compradores más exigentes, lo que inicialmente incomoda pero luego se convierte en una ventaja. Los competidores del continente, al no hacer trazabilidad o no acatar los nuevos requerimientos, enfrentan problemas comerciales.
En este contexto, la ganadería uruguaya se beneficia de una buena primavera, con la posibilidad de una buena producción de maíz y alta demanda de ganado en pie de Turquía. Esto lleva a pensar que en Uruguay seguirá aumentando la tasa de extracción. El uso de grano incluso en categorías en las que actualmente no se usa y la corrección de una situación de endeudamiento excesivo son necesarias.
El nuevo ciclo ganadero es de años buenos hasta que llegue la sequía. El rumbo permanente es adecuarse a requisitos crecientes de calidad, que los vecinos demoran en implementar, otorgando a Uruguay una especie de monopolio schumpeteriano. Esto proporciona un precio diferencial, esencial para un país “caro”.
Los sucesos en Brasil, tanto desde la UE como desde China, confirman el rumbo que Uruguay debe seguir. Se espera un ciclo positivo para la ganadería uruguaya, con buenos precios y dos muy buenas pariciones consecutivas en la primavera. Durante los próximos dos años, la ganadería podría tener buena disponibilidad de forraje y grano, y buenos precios.
Es crucial que en este período se genere un acercamiento al equilibrio fiscal, haciendo de Uruguay un país menos caro. Mientras tanto, se puede consolidar un precio de exportación de la carne uruguaya por encima de los US$ 4.500 por tonelada y un mercado de futuros que permita más herramientas para manejar las estrategias ganaderas. La gradual mejora del tipo de cambio también despejará dudas en el sector.