Una nueva era de riego agrícola: tecnologías, apoyos y el caso emblemático de Dolores
- Jorge Alonzo

- hace 13 horas
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Uruguay cuenta con dos leyes fundamentales para el fomento del riego: la Ley 16.858 (1997) y la Ley 19.553 (2017)
El riego ya no es una opción marginal, sino una estrategia central para el desarrollo agropecuario. Uruguay está sembrando las bases de una agricultura más inteligente, resiliente y productiva, donde el agua se convierte en motor de transformación territorial.

La agricultura uruguaya enfrenta el desafío de adaptarse a una creciente variabilidad climática, donde el riego se posiciona como herramienta estratégica para garantizar productividad, resiliencia y sostenibilidad.
En este contexto, el país ha desplegado políticas públicas, tecnologías y proyectos innovadores que marcan un punto de inflexión en el modelo agropecuario tradicional.
El riego como política de Estado
Uruguay cuenta con dos leyes fundamentales para el fomento del riego: la Ley 16.858 (1997) y la Ley 19.553 (2017), que establecen incentivos fiscales, facilidades de inversión y marcos jurídicos para proyectos multiprediales.
A través del Plan Nacional de Riego, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) ha instrumentado fondos concursables, líneas de crédito y asesoramiento técnico para productores interesados en incorporar sistemas de riego.
La creación de la Comisión Ejecutiva Interministerial para Asuntos de Riego, liderada por el Ing. Tabaré Aguerre, refuerza el enfoque interinstitucional y territorial, promoviendo proyectos de alto impacto como el de Dolores.
Proyecto Dolores: represa multipredial sobre el Arroyo del Águila
Uno de los casos más emblemáticos es el proyecto impulsado por la Asociación Agropecuaria de Dolores, que propone la construcción de una represa multipredial sobre el Arroyo del Águila. Esta obra permitiría regar entre 8.000 y 9.000 hectáreas en las cuencas del Águila y el San Salvador, beneficiando a decenas de productores con una infraestructura eficiente y de bajo costo.
El diseño técnico contempla un espejo de agua de 770 hectáreas, sin afectar tierras agrícolas de alta calidad. La clave del avance está en asegurar una masa crítica de regantes comprometidos, lo que será evaluado en una reunión convocada por el MGAP antes de fin de año. Además, se estudian esquemas de inversión mixtos, donde incluso los propietarios de tierras a inundar podrían participar como socios del servicio de agua, transformando el impacto en oportunidad económica.
Este modelo de “agrointeligencia”, como lo define el presidente Enrique Carlos Oyharzábal, busca soluciones eficientes, sustentables y socialmente integradoras.
Tecnologías y equipos disponibles
Uruguay ha incorporado tecnologías avanzadas para riego, incluyendo:
Sistemas de riego por goteo, aspersión y pivote central, adaptados a cultivos intensivos y extensivos.
Sensores de humedad, estaciones meteorológicas y control remoto, que permiten una gestión precisa del agua.
Empresas como EQUITEC ofrecen soluciones de automatización, hidráulica y monitoreo, integrando marcas líderes a nivel mundial.
El uso de software de planificación hídrica y modelos de simulación permite optimizar el diseño de represas, canales y redes de distribución.
Desafíos y perspectivas
Aunque el marco legal y tecnológico está en expansión, persisten desafíos:
Acceso a financiación, especialmente para pequeños y medianos productores.
Capacitación técnica en el uso y mantenimiento de sistemas modernos.
Articulación territorial, para que los proyectos multiprediales logren consenso y ejecución efectiva.
Sin embargo, el impulso institucional, la vocación ejecutiva del equipo de Aguerre y el compromiso de gremiales como la de Dolores auguran un escenario fértil para el crecimiento del riego agrícola en Uruguay.









